Depuis des millénaires, le Cordyceps est utilisé dans la médecine traditionnelle chinoise pour ses nombreux bienfaits sur la salud.
Recientemente, este hongo ha despertado un interés cada vez mayor en el mundo del deporte.
Pero, ¿están científicamente demostrados estos beneficios, especialmente en términos de rendimiento deportivo?
Nuestro artículoFrench Mush analiza los diferentes aspectos de este extraño hongo.
Origen e historia del Cordyceps.
leyendas tibetanas
Hace más de 3.000 años, los pastores de yaks en el Tíbet notaron que algunas de sus bestias eran más robustas y ágiles que otras.
Fue mientras analizaban pastos situados entre 4.000 y 5.000 metros sobre el nivel del mar cuando descubrieron un curioso hongo, cordyceps sinensis.
Desde entonces, los agricultores han comenzado a utilizar este hongo y rápidamente han visto un aumento en su propia energía y vitalidad.
Un tesoro medicinal en China
La fama del Cordyceps se extendió rápidamente a China, donde se volvió apreciado entre las élites.
También se utiliza tradicionalmente para fortalecer las funciones de los riñones, el hígado y los pulmones, y también se utilizaba para estimular la función sexual y apoyar a los convalecientes.
Los compuestos activos de Cordyceps.
Cordicepina: un poderoso aliado
El principal compuesto activo del cordyceps es la cordycepin.
Este nucleósido tiene diversas propiedades farmacológicas, incluidas propiedades antimicrobianas, antioxidantes y energéticas.
Cordycepin desempeña un papel esencial en el aumento de la energía celular al estimular la producción de ATP (trifosfato de adenosina), la molécula de energía universal de las células vivas.
Otros compuestos beneficiosos
- Nutrientes: Cordyceps contiene varios aminoácidos, vitaminas y minerales esenciales que contribuyen a su excepcional perfil nutricional.
- Polisacáridos: Estas moléculas tienen propiedades inmunomoduladoras, ayudando a fortalecer el sistema inmunológico.
- Saponinas: Ofrecen efectos antiinflamatorios y cardioprotectores.
Cordyceps y el rendimiento deportivo
Estudios científicos recientes
Varios estudios han analizado los efectos del cordyceps sobre el rendimiento deportivo.
Por lo tanto, los resultados muestran que los suplementos de Cordyceps pueden mejorar la resistencia al aumentar el consumo máximo de oxígeno (VO2Max).
Un estudio de ciclistas encontró que después de consumir Cordyceps durante seis semanas, algunos participantes observaron una mejora significativa en su VO2Max, lo que refleja una mejora en la capacidad aeróbica.
Mecanismos de acción hipotéticos.
Cordyceps puede actuar optimizando el uso de oxígeno y reduciendo la fatiga.
Ayuda a aumentar la producción natural de ATP, aportando más energía a los músculos.
Por otro lado, sus propiedades antiinflamatorias podrían ayudar a una recuperación más rápida tras sesiones de entrenamiento intensas.
Uso y dosis recomendada
Dosis clásica
Tradicionalmente, se recomienda tomar entre 5 y 10 gramos de cordyceps en polvo al día.
Encontrarás todas las dosis recomendadas en cada una de nuestras fichas de productos de setas.
Precauciones de empleo
Aunque generalmente se considera seguro, French Mush le recomienda consultar a un médico antes de comenzar a tomar cualquier suplemento nuevo, especialmente si tiene afecciones médicas preexistentes o está tomando medicamentos. .
En resumen
Cordyceps destaca no sólo por su fascinante origen y usos tradicionales, sino también por su prometedor potencial en el campo del rendimiento deportivo.
Entonces, aunque existen indicios alentadores de los beneficios del Cordyceps para los deportistas, recomendamos adoptar este suplemento con precaución e idealmente bajo supervisión médica si tiene antecedentes médicos.
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Fuentes:
Mejora del VO 2 máximo del 96% en un atleta recreativo no de élite durante 24 meses
Daniel Laury, MD1,2,3 y Armin Teherán, MD4,5
Efectos antiinflamatorios de la cordicepina: una revisión
Lu Tan, Canción Xiaoming, Yali Ren, Miao Wang, Chuanjie Guo, Dale Guo, Yucheng Gu, Yuzhi Li, Zhixing Cao, yun deng
TJ hereda, ED Ryan, J.R. fuerte, JT Cramer
E Choi, J Oh, GH Sung - Micobiología, 2020 - Taylor & Francis